domingo, 27 de abril de 2008

Piedra sobre piedra

Con el tiempo me fui dando cuenta que yo estaba dispuesto a quedarme allí el tiempo que fuese necesario, no había nada indispensable que echase en falta, y a pesar que las dificultades para hacer una vida cotidiana en RCA eran numerosas, como el clima o la falta de infraestructuras, no encontraba nada en la vida diaria que significase un problema para quedarse allí, al contrario, la vida en general era francamente apacible por regla general.

En ocasiones me imaginaba viviendo allí toda la vida, y la sensación era confortable, camino de los cuarenta y con la mochila bien cargada de ideales cuarteados, utopías estimulantes y sueños por realizar…claramente África era uno de lo más bellos marcos en los que encuadrar mi vida.

Como de costumbre mi lado más analítico y escéptico aparecía para apuntarme que yo ni pertenecía a aquellas latitudes del planeta ni tenía la experiencia suficiente para osar a creer estar preparado para vivir allí.

Sin embargo conseguía a menudo llegar a un acuerdo entre yo y mi escepticismo.

Poder continuar en MSF o alguna otra ONG que trabajase en el terreno, era la oportunidad que me ofrecía el tipo de vida que llevaba deseando desde antes siquiera que yo lo imaginase, y realizar esta actividad sería casi siempre en algún lugar en el SUR. Y decididamente el SUR era buen sitio donde vivir.

El problema, siempre radicaba en el nivel de trabajo que llevábamos a cabo, el cual sobrepasaba ampliamente al equipo humano que teníamos, esto unido a las dificultades de trabajar con aquellos medios tan limitadísimos, donde ningún día podías dar nada por sentado, ora era la electricidad que no funcionaba, ora era la pieza para el coche averiado que era imposible encontrar, ora era la cobertura telefónica que desaparecía, ora simplemente un representante del ministerio que venía a pedirte un libro de registro de todo el personal, que al parecer debía estar hecho desde el principio de la misión, hacía ya once años, o que había que pagar el impuesto X sobre el bien Y porque sino se nos iba a caer el imperio encima, en fin, el caso era poder “disfrutar” de una nueva aventura cada día. Y esto era lo que hacía las cosas difíciles en Bangui.

Estas dos cosas unidas, carga de trabajo (stress) junto a medios limitados, hacían que lo más importante a aprender en aquella misión fuera el autocontrol, saber encontrar la paciencia necesaria para poder gestionar bien la frustración y la impotencia de querer avanzar y no poder. Porque de lo contrario tu moral se iba extinguiendo poquito a poco.

En general éramos capaces de hacer un trabajo digno y sobre todo superimportante para nuestros beneficiarios, pero demasiado sacrificado para nuestros equipos y esto pasaba factura al personal nacional al que era difícil de tener motivado constantemente, pues para ellos finalmente no estaban de paso allí, sino que estaban en su casa y realizando su trabajo diario, y para el personal expatriado que durante el tiempo de su misión lo daban todo hasta llegar a la extenuación física y mental en muchas ocasiones.

Una vez superado con holgura el ecuador de mi misión, mi vida cotidiana en Bangui había evolucionado de una manera substancial. Hacía tiempo que me había dejado de ver con Lucie, pues finalmente esa relación se complicó con demasiados factores externos que yo no alcanzaba ni a interpretar ni a anticipar, con lo cual decidí pasar página, antes de cometer algún error irreparable. Desde entonces, dejé prácticamente de flirtear con chicas, supongo que era una especie de “cura” interna que mi cuerpo me pedía y que aceptaba complacido.

No obstante, aunque era difícil, intenté llevar una vida paralela a la del trabajo, marcarme un ritmo, unas pautas que delimitaran cuando estaba trabajando y cuando estaba dejándome llevar. Fue entonces cuando descubrí el placer de sentarse y hablar con el personal local, escuchar historias reales que serían tildadas de inverosímiles en cualquier película.

Descubrí por ejemplo como era en Bangui eso de quedar con los amigos para jugar un partido de fútbol, que era bastante parecido a lo que yo había hecho toda la vida, sólo que allí la cita era a las siete de la mañana para evitar a ese martirizante “amigo” el Sol, sin embargo las bromas como “corre más para sacar todas las cervezas de anoche” o los piques tras meter un gol de “no habéis tenido suficiente? aún queréis más?” eran algo habitual, había cosas que al parecer eran iguales en todas partes.

También fui testigo de como se afrontaban los entierros, tan cuantiosos por otro lado en Bangui, y que eran una mezcla de dolor y frustración como yo había conocido, pero junto a una especie de ensalzamiento y reconocimiento por la persona desaparecía que pasaban a menudo por las danzas y los cantos, y que yo nunca había conocido. Era bastante impresionante ver como por ejemplo la familia más allegada lloraba junto al féretro mientras los adolescentes de la familia vestían las ropas del difunto y danzaban alrededor.

En definitiva pude ir tomándole mejor la temperatura a Bangui de lo que lo había hecho hasta entonces. Yo mismo me sentía mucho mejor cada vez que paseaba por la ciudad o cuando recibía a un nuevo expatriado a la misión. El tiempo pasaba a una velocidad bárbara y yo comenzaba a sentirme un veterano en aquel territorio otrora totalmente extraño.

domingo, 13 de abril de 2008

ALEGORÍA BICHERA

Mancho las hojas con letras
sin sentío,
letras de lástima y pena
letras de olvído,
letras que cambian el blanco
y hasta el color de las letras,
letras de pena
que te he perdío.

Te pude olvidar y no quise,
me pude marchar de tu vida
y ahora ni siento ni pienso
si algún día fuiste mía.

Una razón me hace falta
Para volar
de este sitio,
lo tengo to
dentro de aquí
en un cajón vacío.

Cuántas veces has contao por contar tus pasos, niña
que dejaste en el camino?
Cuántas veces has pensao en mi?

Yo me mantengo con,
las pocas cosas que yo tengo con
los pocos sueños que yo sueño con
las pocas cosas que me dabas tú.

Se me olvidó pedirle a tu boca
Ay no te vayas!

No quiero volver a lo de antes,
ya perdimos mucho el tiempo.

Y a ver si una vez de una vez sale el sol y la luna a la vez.

De alguna manera me has quitao las penas,
busco en el silencio lo que no me cuenta
y al final me olvido,
nunca explico nada, me fui dejando al mas allá,
me subí en lo alto de aquel precipicio,
jamás intentaré volar.

Y aprendí del aire que me dió en la cara
y aprendí de los besos que tú no me dabas
y aprendí del aire que a mi me faltaba.

Buscamos la manera más fácil de vivir
aprendiendo a matar
lo malo del camino.

Siento y no pienso en tus besos.
Jamás intentaré volar.

Vente al sur, donde quieras si quieres …
es tan díficil encontrar la soledad
cuando estoy solo, solo contigo....

y es la noche la que trae las penas
y quita el sentio si llama tu ausencia
y es la noche la que me condena
a buscar tu estrella…

yo tuve una vida y no me acuerdo,
y no he terminado de aprender a caminar
sin agarrarme a tí;
y eso es lo que tengo: un millón de sueños.

Dejé de contar los días, ya no tengo dedos suficientes
pa’ contar las penas y alegrías me hacen falta tus manos... vente,
me hacen falta tus manos,

de eso me alimento, me hace falta tu sonrisa

y si mi corazon te dijera a ti
lo que te quiero yo,
que tu me querrias un poco mas.

y si mi corazon hablara el tuyo no tendria duda.

Si tu quieres yo me voy contigo
donde tu vayas donde tu quieras
me voy contigo,

donde se esconden los colores nuevos
donde se pintan las mañanas
y esperándote a ti,

que de colores
pa’ que tu bailes
si tu me bailas a mi
Ay! quien te va a bailar a ti.

Mira si tengo pa` tí
que mira si tengo pa' tanto
que hasta el viento me suspira
y es que el aire se ha calmao

si pienso en ti.

Dame lo que me quieras dar
y dame lo que tengo
el sol de la primavera que cae muy lento,
dame la sombra y la luz,
que sean tus ojos los que me traigan,

cerca de tí cuando tú estas mu lejos.

Voy a vivir más por ti
a ver si así se me enreda el alma,

que yo te voy a echar de menos
mientras siga acordándome de tí...

Y anda con cuidado

no te escondas más
que te vas a perder,
si es que te escondiste demasiao la última vez ,

Te imaginas que te escondes y me canso de buscarte?
Te imaginas con el mismo pensamiento toa la vida? me aburriría.

Ni llantos ni palabras malas,
para olvidarme de tus penas
voy a contar tos mis colores.

las mentiras no son sueños

son tus falsas y tus historias de pena
lo que me hacen padecer de esta manera
si tu quieres no me quieras, porque digo yo
que tu no me quieres ná.

Siento lo mismo, lo mismo de siempre yo siento lo mismo
y un dia nos veremos como extraños
como extraños que miran, te inventaras mi vida,
te inventaras mi nombre y al pasar nos veremos
y al pasar nos veremos como extraños…

Hay caricias que arañan la vida…

si no es por los suspiros se ahoga en las penas….
Ya me dormio
colgao de un hiloque se empieza a descolgar...
y me perdio
pensando en ti
no me puedo yo encontrar
y aunque despierte...

Gritaba y decía maldito el sentimiento que
Llevo dentro de mí no hay compasión ni caridad
Mi vida más loca que toas las cosas y tu loca perdía

Y un dia preguntarás por mi
y no me volverás a ver.